Todo comienza con una palabra.
¨Nuestro leguaje forma nuestras vidas y hechiza nuestro pensamiento¨ - Albert Einsten
Expresarse es una de las habilidades más importantes e hermosas que posee el ser humano. Desde la antigüedad se ha buscado su desarrollo, a la expectativa de una nueva manera de exteriorizar lo que conforma nuestro interior, lo que nuestra conciencia nos dicta. Para llevar a cabo esta expresión necesitamos de ciertas herramientas, esenciales en la vida humana, tales como el habla y la escritura, sin embargo, existe una aún más importante que globaliza a las otras y permite su existencia, las palabras.
Las palabras se encuentran en cada parte de nuestro alrededor, son una pieza esencial de nuestro diario existir que nos conducen a satisfacer una necesidad de comunicación. Desde el momento en que se nace lo más esperado por los padres son las primeras palabras de sus hijos porque ese pequeño y apenas entendible sonido marca un momento único e irrepetible en sus vidas. Al crecer y llegar el momento de socializar buscamos las palabras correctas a decir para iniciar una nueva amistad, cuando alguien a quien conoces pasa por un momento difícil y solo quieres hacerle sentir mejor o cuando simplemente se quiere expresar lo que se lleva en el corazón las palabras siempre están ahí, siempre se buscan porque ellas marcan una diferencia. Las palabras son la herramienta más poderosa que el ser humano posee y el uso que se les dé determina su enormidad.
Hablar del poder de las palabras no es referirse a algo tangible, pero si a algo que puede transformar los pensamientos a acciones. Ellas son el reflejo de nuestro yo interior y de nuestros sentimientos. A través de ellas podemos construir y moldear nuestra identidad, e incluso la de otras personas ya sea de una manera positiva o negativa. La fuerza de las palabras no se encuentra en la manera en que se pronuncien, aunque si muchas veces...